Parques Nacionales

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Ecuador está considerado como uno de los 17 países donde está concentrada la mayor biodiversidad del planeta. Su amplia gama de climas en sus cuatro regiones, ha dado lugar al nacimiento de miles de especies de flora y fauna en medio de extensos territorios naturales, muchos de los cuales están protegidos por el Estado. En su pequeña extensión de territorio se pueden encontrar bosques tropicales y húmedos, selvas, montañas, islas, páramos, desiertos, valles y nevados. Uno de sus principales atractivos es el Archipiélago de Galápagos y su reserva marina, que guardan especies endémicas únicas en el planeta.

RESERVA BIOLÓGICA LIMONCOCHA

La Reserva Biológica “Limoncocha’ fue reconocida oficialmente en el año de 1985, en una área de la provincia de Sucumbíos, Cantón Sushufindi (Parroquia de Limoncocha), que cubre una extensión de 4.600 hectáreas, incluida la laguna de Limoncocha. Esta Reserva natural llama la atención de todos los visitantes interesados en el conocimiento de la fauna y especialmente de los ornitólogos, quienes pueden realizar importantes observaciones de las especies de aves, como también sobre su medio de vida. La Reserva Biológica Limoncocha contiene una zona de vida, la de bosque húmedo tropical, muy característico de la Amazonía. Su temperatura media anual es de 24,9 grados centígrados, mientras que las lluvias alcanzan los 3.058 mm. al año. La altura a la que se encuentra Limoncocha es 220 m.s.n.m. El área comprende la laguna de Limoncocha y zonas adyacentes. Un gran porcentaje de la superficie corresponde a bosque primario que presenta condiciones muy variables en su drenaje incluyendo zonas temporalmente inundadas. Un porcentaje menor corresponde a bosque secundario con características igualmente variables. El resto de la superficie del área (aproximadamente 12%), está cubierta por matorrales de pantano temporal o permanentemente inundable. Llegar a esta Reserva no presenta dificultades, pues hay vuelos aéreos desde Quito hacia Lago Agrio y luego a Limoncocha. De la misma manera, se pueden conseguir vuelos desde la población de Puerto Francisco de Orellana (Coca). Otra forma de arribar a Limoncocha es por vía fluvial, por el río Napo -desde P. Francisco de Orellana- para remontar luego el río Jivino. Existen lugares adecuados para el alojamiento del turista que busca en esta Reserva la oportunidad de conocer las bellezas naturales del entorno, con sus enormes extensiones de vegetación selvática y la imponencia de las aguas serpenteantes de los ríos amazónicos. El análisis de los suelos de la Reserva Biológica Limoncocha ha permitido clasificarlos a partir de las características superficiales que presentan. Básicamente se han identificado tres tipos de suelos: Llanura muy Baja y terraza Pantanosa Caracterizada por zonas cubiertas de bosques en la actualidad, sirven de asentamiento para grupos de colonos; tiene un uso potencial limitado debido a su heterogeneidad y el mal drenaje que poseen para desalojar las abundantes lluvias en determinadas épocas del año. Llanura de Explayamiento con Materiales Finos Se halla cubierta, igualmente, de bosques, aunque importantes extensiones de ella están destinadas a la siembra de pastos para alimentar los hatos ganaderos del área. Terraza Indiferenciada Por la precipitación de lluvias, ésta se ha constituido en área de permanentes inundaciones, que limitan sobremanera su aprovechamiento para fines agrícolas. La Reserva constituye un verdadero paraíso de aves tropicales. De acuerdo a varios estudios se ha llegado a diferenciar 347 especies diseminadas en una extensión aproximada de 12 Km2; entre ellas figuran el gallinazo rey, el hoatzín, el tinamú gigante y loros de diferentes géneros. Dentro de la Reserva viven colibríes de vistoso colorido, pertenecientes a 13 géneros y 17 especies distintas con sus características peculiares, tanto en el tamaño como en el plumaje y la morfología del pico. Aún no se ha realizado una investigación exhaustiva sobre la fauna que habita en la Reserva. Se teme que la colonización del área circundante haya provocado una considerable baja en la población animal, debido fundamentalmente a la deforestación paulatina que ha generado el proceso de colonización. Al recorrer la zona adyacente del Parque, siguiendo el curso del río Napo, es posible observar en las islas una inmensa variedad de aves, además de monos, aunque en menor número. Los lugares recomendables para conocer en la Reserva Biológica Limoncocha son la laguna de Limoncocha y las playas e islas del río Napo, en las que se puede tomar un descanso durante las caminatas para disfrutar de un buen baño. La laguna de Limoncocha es un sitio ideal para la observación de aves que habitan en las grandes áreas de bosque primario. Se aconseja, de igual manera, realizar caminatas nocturnas para observar diferentes especies de reptiles. Como en el caso de otras áreas de la Amazonía ecuatoriana, la Reserva Biológica Limoncocha posee también una importancia cultural apreciable en el campo arqueológico. La “cultura Napo”, que habitó a lo largo del río del mismo nombre, entre los años 1188 y 1480 de nuestra Era, tuvo un gran desarrollo estético en la cerámica que confeccionaron sus pobladores. Evidencias arqueológicas, como las figuras humanas que aparecen en varias urnas, nos dan cuenta de algunos aspectos sobre las costumbres de los antiguos habitantes del río Napo. Usaban pintura facial alrededor de los ojos y de la boca, y perforaban los lóbulos de sus orejas para el uso de objetos decorativos; sus cabellos eran recogidos en una trenza sobre la espada. Se aplicaban ligaduras en las piernas y en los brazos, y llevaban adornos colgantes sobre su pecho; la pintura corporal era aplicada mediante el uso de sellos cilíndricos confeccionados de ardua cocida. Dentro de sus costumbres funerarias, practicaban el enterramiento secundario, es decir, exhumaban los cadáveres para depositar sus huesos en grandes ánforas cerámicas decoradas con motivos estilizados de la fauna del lugar, especialmente de reptiles como la boa y otras serpientes. Por algunas de las características cerámicas, la llamada “Fase Napo” se identifica con ciertos rasgos llamativos de la cerámica encontrada en el delta del río Amazonas, en la isla de Marajó en el territorio del actual Brasil (Porras 1986).